lunes, 14 de enero de 2013

La higiene del paciente crítico en la REA.


   En la unidad, tras el parte proporcionado por las enfermeras del turno de noche, se procede a la higiene de los pacientes críticos. Son pacientes procedentes de quirófano que no alcanzan el estado de estabilidad suficiente como para ser trasladados a la planta. No sólo hablamos de un paciente dependiente, con lo que ello implica, (que no tiene la voluntad, el conocimiento y/o la fuerza necesaria para cubrir sus necesidades básicas), sino que se trata de un paciente con un estado fisiológico delicado o comprometido, monitorizado hemodinámicamente, con algún tipo de ventilación mecánica y con un grado de consciencia o inconsciencia determinado.
Hoy formo parte del equipo que procede a la higiene de un paciente con insuficiencia respiratoria, con ventilación mecánica (CPAP) y que presenta tiraje subcostal. No ha dormido en calidad y cantidad suficiente en la noche anterior y pese a que no refiere dolor, si que refiere fatiga. El paciente se haya consciente. El resto de constantes reflejan una leve taquipnea, TA: 150/90 mmHg y la saturación se mantiene en 95%. Se encuentra en posición Fowler.
 
La higiene de un paciente en planta o la de un paciente inmovilizado en general, es distinta a la de un paciente crítico, no en cuanto al procedimiento en sí, sino en cuanto a la particular situación fisiológica del mismo y en cuanto a la multitud de cables, de tubuladuras, VVP, VVC... Los sistemas de monitorización, los sistemas de nutrición o los sistemas de perfusión medicamentosa, que son necesarios y que deben de acompañar en la movilización a la que se le somete.
Lo primero que enfermería debería de valorar, es la necesidad el procedimiento intervención, es decir, ¿la situación del paciente es lo suficientemente estable como para proceder a su higiene?
Creo que esta pregunta es clave.
La movilización del paciente en la higiene es necesaria, esto es está claro. Esta se realizará de cubito supino, procediendo desde craneal a caudal; posteriormente se procederá a su movilización decúbito lateral izquierdo y derecho con el fin de proseguir con la higiene de la zona posterior, finalizando por los genitales. Pese a que el aseo, desde mi entender, tiene dos objetivos; disminuir el riesgo de infección y proporcionar confort, no debemos de olvidar que es labor fundamental del personal de enfermería valorar correctamente los riesgos, que al paciente crítico supone la realización del aseo, por lo que la técnica debe aplicarse de forma racional y bajo estricta monitorización y control, en base a unos conocimientos y un buen trabajo en equipo, para que dicho paciente, no sufra consecuencias adversas que pudieran empeorar su situación basal. Por tanto debemos de sopesar, la tranquilidad del paciente, los riesgos que el procedimiento pudiera ocasionar y los objetivos que se persiguen al realizar esta intervención.
Incluso en condiciones, lo más optimas posibles en este tipo de pacientes, existen riesgos. Pese a que la bibliografía existente es escasa, la aparición de eventos adversos en el proceso de aseo, se estima en un 48%, cifra nada despreciable.
Los eventos que aparecen con mayor frecuencia son:
*      La desaturación en un 18%.
*      La desadaptación de la ventilación mecánica en un 11%.
*      La hipertensión arterial en un 21%.
*      La hipotensión arterial en un 11%.
*      La hipertensión intracraneal en los 42%.
 
También se estima en un 10% de variación en cualquiera de las constantes en el paciente, según bibliografía consultada.
Por tanto podemos concluir, que ante un enfermo potencialmente inestable o con mucha labilidad a las manipulaciones, no es imprescindible realizar la higiene. Por esa razón es vital la valoración y decisión correcta de la enfermera.
Finalmente, se recomendaría en el caso de pacientes conscientes, preguntar directamente al paciente con objeto de que decida sobre los cuidados que quiere, en función de un conjunto de signos que delatan su estado potencialmente inestable.
Por cierto, al paciente se la realizó la higiene sin ningún tipo de evento adverso pero con desaturación leve, que posteriormente remontó con cuando se le posicionó en Fowler alto.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
(1)Córcoles Gallego, T.; Robles Rangil, P.; Muñoz Ruiz,F.; Cantos de la Cuesta,Y.; Torres Lizcano,M. Frecuencia de eventos adversos durante el aseo del paciente crítico Enfermería intensiva. 2002;13:47-56.
(2) Planas Canals,M Higiene corporal del enfermo crítico: efectos adversos. Revista ROL de enfermería.2010;33:8-14.