En la unidad, tras el parte proporcionado por las enfermeras del turno de
noche, se procede a la higiene de los pacientes críticos. Son pacientes
procedentes de quirófano que no alcanzan el estado de estabilidad suficiente
como para ser trasladados a la planta. No sólo hablamos de un paciente
dependiente, con lo que ello implica, (que no tiene la voluntad, el
conocimiento y/o la fuerza necesaria para cubrir sus necesidades básicas), sino
que se trata de un paciente con un estado fisiológico delicado o comprometido,
monitorizado hemodinámicamente, con algún tipo de ventilación mecánica y con un
grado de consciencia o inconsciencia determinado.
Hoy formo
parte del equipo que procede a la higiene de un paciente con insuficiencia
respiratoria, con ventilación mecánica (CPAP) y que presenta tiraje subcostal. No
ha dormido en calidad y cantidad suficiente en la noche anterior y pese a que
no refiere dolor, si que refiere fatiga. El paciente se haya consciente. El
resto de constantes reflejan una leve taquipnea, TA: 150/90 mmHg y la saturación
se mantiene en 95%. Se encuentra en posición Fowler.
La higiene de un paciente en planta o la de un paciente inmovilizado en
general, es distinta a la de un paciente crítico, no en cuanto al procedimiento
en sí, sino en cuanto a la particular situación fisiológica del mismo y en
cuanto a la multitud de cables, de tubuladuras, VVP, VVC... Los sistemas de monitorización,
los sistemas de nutrición o los sistemas de perfusión medicamentosa, que son
necesarios y que deben de acompañar en la movilización a la que se le somete.
Lo primero
que enfermería debería de valorar, es la necesidad el procedimiento intervención,
es decir, ¿la situación del paciente es lo suficientemente estable como para
proceder a su higiene?
Creo que
esta pregunta es clave.
La
movilización del paciente en la higiene es necesaria, esto es está claro. Esta
se realizará de cubito supino, procediendo desde craneal a caudal; posteriormente
se procederá a su movilización decúbito lateral izquierdo y derecho con el fin
de proseguir con la higiene de la zona posterior, finalizando por los
genitales. Pese a que el aseo, desde mi entender, tiene dos objetivos; disminuir
el riesgo de infección y proporcionar confort, no debemos de olvidar que es
labor fundamental del personal de enfermería valorar correctamente los riesgos,
que al paciente crítico supone la realización del aseo, por lo que la técnica
debe aplicarse de forma racional y bajo estricta monitorización y control, en
base a unos conocimientos y un buen trabajo en equipo, para que dicho paciente,
no sufra consecuencias adversas que pudieran empeorar su situación basal. Por
tanto debemos de sopesar, la tranquilidad del paciente, los riesgos que el
procedimiento pudiera ocasionar y los objetivos que se persiguen al realizar
esta intervención.
Incluso en
condiciones, lo más optimas posibles en este tipo de pacientes, existen riesgos.
Pese a que la bibliografía existente es escasa, la aparición de eventos adversos
en el proceso de aseo, se estima en un 48%, cifra nada despreciable.
Los eventos que aparecen con mayor frecuencia son:
La
desaturación en un 18%.
La
desadaptación de la ventilación mecánica en un 11%.
La
hipertensión arterial en un 21%.
La hipotensión
arterial en un 11%.
La
hipertensión intracraneal en los 42%.
También se estima en un 10% de variación en cualquiera
de las constantes en el paciente, según bibliografía consultada.
Por tanto podemos concluir, que ante
un enfermo potencialmente inestable o con mucha labilidad a las manipulaciones,
no es imprescindible realizar la higiene. Por esa razón es vital la valoración
y decisión correcta de la enfermera.
Finalmente, se recomendaría en el
caso de pacientes conscientes, preguntar directamente al paciente con objeto de
que decida sobre los cuidados que quiere, en función de un conjunto de signos
que delatan su estado potencialmente inestable.
Por cierto, al paciente se la realizó
la higiene sin ningún tipo de evento adverso pero con desaturación leve, que
posteriormente remontó con cuando se le posicionó en Fowler alto.
BIBLIOGRAFIA
CONSULTADA:
(1)Córcoles
Gallego, T.; Robles Rangil, P.; Muñoz Ruiz,F.; Cantos de la Cuesta,Y.; Torres
Lizcano,M. Frecuencia de eventos
adversos durante el aseo del paciente crítico Enfermería intensiva.
2002;13:47-56.
(2) Planas Canals,M Higiene corporal del enfermo crítico:
efectos adversos. Revista ROL de enfermería.2010;33:8-14.